Shea McCracken shared a deep bond with her family’s basset hound, Bosley

 

• Shea McCracken compartía un vínculo profundo con el perro Basset Hound de su familia, Bosley
• McCracken, una estudiante de posgrado en psicología de 28 años que vive en Newport Beach, California, recuerda cómo Bosley era un perro estoico, travieso, gentil y dulce.
• Pero en las últimas semanas, McCracken y su familia vieron cómo la calidad de vida de Bosley comenzó a declinar.
• Después de consultar con el veterinario, acordaron que era hora de sacrificarlo. Luego, dos días antes de su cita, McCracken propuso contratar a un psíquico para que escuchara los últimos pensamientos del perro de 12 años.
• Durante la sesión, McCracken grabó. Más tarde, publicó el video en TikTok, donde se volvió viral y acumuló más de 1,6 millones de visitas.

Shea McCracken compartía un profundo vínculo con el perro basset hound de su familia, Bosley. Algunos, dice, incluso se describían a sí mismos como “obsesionados con él”.

McCracken, un estudiante de posgrado en psicología de 28 años que vive en Newport Beach, California, recuerda que Bosley era un perro estoico, travieso, gentil y dulce, leal y luchador desde el principio. A Bosley le diagnosticaron un soplo cardíaco cuando tenía solo 4 meses y, además, era el más pequeño de su camada, siempre luchó con fuerza y ​​nunca se rindió.

 

“Lo llamábamos el ‘conector’ porque te miraba profundamente al alma, ya sea de pie sobre tu pecho o inclinando la cabeza hacia atrás mientras te apoyabas contra los ojos para mirarte a los ojos”, le cuenta en exclusiva a PEOPLE. “Era simplemente gracioso. Lo bauticé ‘Donny’ en honor a un concursante de Gran Hermano que me encantaba, y lo mantuve así durante dos años. Simplemente lo sentía como un Donny porque era muy dulce y tonto”.

“Un verano, vivíamos en Laguna Beach, y él y su hermano bajaban caminando la colina hacia la playa todos los días al atardecer”, añade. “Galopaban cuando los soltábamos. Le encantaba Halloween, era su día favorito porque adoraba a los niños que venían disfrazados. Teníamos una puerta holandesa y él se subía y olfateaba a todos los niños”.

Shea McCracken con su perro Bosley. Shea McCracken

El perro de sus suegros desapareció. Ella quedó impactada por el lugar donde lo encontró después (Exclusivo)

Pero en las últimas semanas, McCracken y su familia vieron cómo la calidad de vida de Bosley comenzaba a decaer. El perro de la familia, de 12 años, ya no podía bajar las escaleras y había que llevarlo a todas partes en brazos.

Después de consultar con el veterinario, acordaron que era hora de sacrificarlo. Si bien el padre de McCracken se mostró reacio, pues sabía que Bosley aguantaría para siempre si podía, comprendió que era la mejor decisión para su amado perro, y de ninguna manera prematura.

Dos días antes de su cita, McCracken propuso una idea después de encontrarse con un video de TikTok sobre una niña que tuvo una sesión con un psíquico para aprender más sobre los pensamientos de su gato.

“Fue un TikTok cómico, pero me hizo pensar que sería perfecto hacerlo antes de perder la oportunidad y poder cerrar el ciclo”, le dice a PEOPLE. “Mis padres me apoyaron. Al principio fue una especie de broma, luego mi madre me preguntó si había encontrado uno. Creo que la idea era imposible de resistir”.

“Estaba buscando comunicadores de animales en el condado de Orange en Google porque quería que vinieran en persona”, agrega. “Después de ver que no había nadie disponible tan pronto, comencé a buscar servicios que se ofrecían por teléfono o Zoom y encontré a Daniela. Me gustó su sitio web y el hecho de que escribió un libro. Tampoco estaba en TikTok, por lo que me pareció una oferta más auténtica”.

Un primer plano de Bosley. Shea McCracken

Después de ponerse en contacto con Daniela, McCracken programó lecturas tanto para Bosley como para su otro perro, un labrador negro llamado Ranger, y le envió fotos de ellos. Daniela leyó primero para Bosley y dijo que lo primero que vio fue el número 17. No pudieron hacer ninguna conexión, por lo que al principio se sintieron un poco desanimados.

Luego, Daniela comenzó a decir cosas que le resonaron. Habló de que Bosley sentía dolor, que estaba muy cansado y que se disculpaba por haber hecho un desastre, que quería que la familia supiera que no se estaba portando mal. También habló de ver rosas y la letra “B”, una especie de “alfa”. El nombre del padre de McCracken es Brendan, pero Daniela dijo que era un perro. Pensaron en su difunto golden retriever, Bruin, y sintieron que estaba en el paraíso de los perros, esperando en las puertas.

“Ella era muy suave y no hizo todo bien, pero queríamos creer y así lo hicimos”, dice McCracken.

“Lo más sorprendente que nos dijo fue que él pensaba que su hermano era el favorito o que recibía más atención”, añade. “Los dos estaban empatados. Les mostramos la misma atención y los mimamos muchísimo. Nos preguntamos si tal vez esto se debía a la percepción que el público tenía de ellos: él siempre recibía más atención porque es un Basset Hound europeo muy grande y de aspecto clásico. Nos entristeció, pero sabíamos que él realmente no pensaba eso”.

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Durante la sesión, McCracken grabó. Más tarde, publicó su video en TikTok , donde se volvió viral, acumulando más de 1,6 millones de vistas y 700 comentarios. Leer los comentarios, donde otras personas se relacionaban con su experiencia, validó su elección.

“Me alegré de haberlo hecho”, dice McCracken. “Creo que me involucré más que mis padres. Sabíamos que todos nuestros perros pasan por el puente del arcoíris y que nos volveríamos a encontrar con ellos en otra vida. Sé que volveré a ver el espíritu de Bosley en todas mis vidas”.

“Creo que la lección más importante es escuchar a tu perro y dejar de escuchar a tu cabeza”, dice. “Mantenerlos aquí porque de lo contrario los extrañaremos mucho solo te ayuda a ti, no a ellos. Los perros no viven lo suficiente, pero el dolor de su despedida vale el tiempo que pasamos con ellos. Los volveremos a ver, estaremos atentos a las señales y sabremos que están allí arriba eligiendo a tu próximo perro del alma”.

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Shea McCracken con su difunto perro. Shea McCracken

Aunque Bosley ya no está físicamente con la familia, planean colocar sus cenizas junto con las de sus otros perros fallecidos en un marco o jarrón sobre la repisa de la chimenea, para que siempre esté junto a la chimenea.

“Lo extrañamos mucho”, dice McCracken. “Su presencia se echa mucho de menos; la casa parece que le falta algo. Mi madre se emocionó a la mañana siguiente cuando fue a preparar su café matutino porque Bosley era su compañero que la seguía a todas partes. La ausencia de sus patas golpeando el suelo realmente nos tocó la fibra sensible”.